Tenemos desconfianza, dudamos
del ESTADO y también de las empresas, no les creemos. Sabemos que las empresas
mineras adoptan numerosos mecanismos de control y hacen constantes monitoreos
que se superponen a los del Estado. Y seguimos sin creer... ¿cómo estar seguros
que las minas no contaminan?, ¿La comunidad puede ejercer el control?
Controles externos: Estado y mercado
El Estado no sólo controla el
cumplimiento de normas y procedimientos legales, sino también que las
operaciones se ajusten a lo estipulado en la correspondiente licencia
ambiental. A este control se suma el control externo que ejercen los mismos
inversores internacionales.
Las empresas mineras cotizan en las bolsas del mundo,
donde aparte de su resultado económico, se analiza su comportamiento con el
medio ambiente. Los inversores institucionales
e incluso la banca de inversión, sólo colocan su dinero en aquellos
activos que representen una buena conducta ambiental. Esto fuerza a las
empresas a tener un alto estándar de calidad ambiental en sus operaciones, pues
equivocarse les puede salir muy caro, exponiéndose a la pérdida de valor de sus
acciones, o a no obtener financiamiento.
El control de las empresas: el ejemplo de Veladero
El plan de monitoreo de la mina
Veladero (oro - San Juan, Argentina) abarca las áreas de influencia de
las operaciones, con un cronograma la recolección de datos para comparar con
los de la línea base y establecer un sistema de “alerta temprana”. El plan de
monitoreo comprende:
Aguas y suelos: Muestreo y medición de parámetros de campo, caudal (superficial) o nivel (subterránea)
y análisis químico, con una frecuencia que depende del área, semanal, quincenal
o mensual.
Condiciones atmosféricas: Con monitoreo y análisis en las localidades vecinas y en el campamento
Veladero, se estudian los equipos de combustión interna y los hornos del doré.
Ruidos y vibraciones (control de tránsito): Registra las variaciones de flujo de tránsito,
ruido y vibraciones, para determinar el posible impacto en las localidades
cercanas.
Flora, fauna y limnología: Para asegurar la protección y conservación de la flora, fauna y vida
acuática en el área de la mina y evaluar sus efectos en los hábitats. La
frecuencia es anual para flora y semestral para fauna terrestre y acuática. Tan
sólo como ejemplo, alrededor del yacimiento la población de guanacos se ha
incrementado de 198 en el año 2004, a 514 animales 5 años más
tarde, debido al cese de la caza furtiva.
Sitios arqueológicos: Para evaluar la efectividad de las medidas de protección en los sitios
arqueológicos en el área de influencia de mina y su camino de acceso, se
realiza anualmente.
Pero todo eso parece que no alcanza...
Desde el año 2006, Veladero
lleva a cabo el programa de Monitoreo Participativo con representantes elegidos
por las comunidades vecinas, que son capacitados y entrenados para tomar las
muestras. Ellos mismos elijen el lugar de muestreo, y las llevan para su
análisis a laboratorios certificados, comunicando los resultados a la
comunidad.
La participación de la
comunidad, la convierte en protagonista del cuidado del ambiente como lo afirma
el productor agrícola de Jáchal Antonio Ortega, elegido como representante: “Yo me voy muy conforme con la experiencia porque tuve la
posibilidad de sacarme todas las dudas y ver cómo se trabaja en la mina. Creo
que todo esto es muy importante porque se le da la oportunidad a la comunidad
para ver cómo trabaja la empresa”.
Otro de los participantes, el
director de la escuela de Capacitación Laboral de Tudcum, en Iglesia, Juan
Carlos Vega expresó: “es importante que más
gente participe en este tipo de actividades porque esta es la oportunidad para
que cada uno se saque las dudas que tiene respecto a la minería”.
MINERIA: una actividad controlada, hasta por la
comunidad
Desde hace una década, los
sistemas de monitoreo comunitario se están haciendo norma en las minas de toda
nuestra América Latina. La minería es la única actividad que permite, promueve
y hasta organiza el monitoreo ambiental de sus operaciones por la comunidad.
Dar participación a la
comunidad en el monitoreo de la mina, no es una graciosa concesión de la
empresa a sus vecinos, es un derecho que debe ser exigido y acordado con la
empresa minera. Los resultados así obtenidos satisfacen a ambas partes. Para la
comunidad, porque comprueba de manera directa y personal, los estándares
medioambientales con los que trabaja la mina, abandonando sus temores, y para
la empresa, por trabajar integrada a la comunidad, compartiendo una experiencia
de participación ciudadana.